martes, 14 de febrero de 2012

La crisis activa el trueque de casas entre particulares


La dificultad para vender lleva a decenas de vigueses a proponer cambios por internet



Ante la crisis, originalidad... y memoria. Con un mercado inmobiliario tiritando por la crisis y una caída en las operaciones de compraventa de viviendas del 22% en la provincia, a los propietarios que quieren vender sus inmuebles solo les queda una salida: el trueque, la práctica que activó el mercado en su génesis. En la actualidad decenas de vigueses mantienen en internet anuncios para cambiar su piso, casa o chalet por otro de características similares. Solo la página web sepermuta.es registra 21 ofertas para Vigo, a las que se suman las 20 de Milanuncios.es o las cerca de 70 de Mundoanuncio.es

CARLOS PREGO Con 223 m2 en pleno corazón de la ciudad, el apartamento "recién reformado" de Antonio Parrado es una joya de difícil venta. Tras tentar sin éxito al mercado inmobiliario y cansado de esperar la llamada de un "comprador ideal" –o justo, al menos– que no llegaba, Antonio descolgó el tradicional cartel de "se vende" y lo sustituyó por otro de "se cambia". Ahora cualquier propietario que disponga de una vivienda similar a la suya e intente venderla sin éxito puede negociar con él una "permuta". El único requisito que exige es que el inmueble esté en A Coruña y su valor se aproxime a los 400.000 euros en que Antonio valora su piso. "Está reformado y no quiero regalarlo", explica.
El caso de Antonio no es una excepción. Las dificultades para encontrar precios atractivos o incluso un comprador interesado han llevado a decenas de propietarios vigueses a intercambiar sus casas, pisos o chalets por los de otros ciudadanos en una situación similar. El mercado –que se concentra principalmente en Internet– gana adeptos y alcanza ya los 21 anuncios activos en la web Sepermuta.es y una veintena más en Milanuncios.es. En otro de los portales más activos en el trueque de productos de segunda mano, Mundoanucio.es, se registran cerca de 70 ofertas para el intercambio de viviendas en Vigo, algunas tan sugerentes como la que, con fecha de agosto de 2011, canjea un piso en tercera línea de playa de Benidorm por otro en Vigo. En toda la provincia de Pontevedra el Instituto Nacional de Estadística (INE) computa 150 operaciones cerradas a lo largo del 2011, una cifra incluso menor a la de 2010, cuando se alcanzaron los 200 acuerdos.
Calcular el alcance real de los trueques es sin embargo complicado ya que, como explica uno de los responsables de Sepermuta.es, Eneka Tamayo, muchas de las operaciones terminan concretándose en dos escrituras de compraventa, lo que lleva al INE a no reconocerlas como intercambios. Esa posibilidad responde a las condiciones de las permutas. A la hora de cerrar un intercambio los dos propietarios tienen que valorar sus viviendas para tributar más tarde el 7% del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el de Plusvalía. Cuando hay diferencias en las dos tasaciones el margen puede cubrirse con un pago en metálico, salvo si es superior al 50%. En ese caso pervive el espíritu del intercambio pero la ley obliga a realizar dos escrituras de compraventa. Otra de las situaciones que complica a menudo el proceso es que una de las viviendas esté hipotecada. Cuando eso sucede los propietarios pueden cancelar, subrogar o incluso abrir un nuevo crédito.
"Cerrar una permuta es muy difícil porque las dos partes tienen que llegar a un acuerdo mutuo", explica el presidente de la Asociación de Empresarios Inmobiliarios Adeido, Benito Pérez, para quien los intercambios todavía están en un "estado primario" en Galicia. Países de la Unión Europea o Comunidades del resto de España, como el País Vasco, o Madrid –donde el propio Ayuntamiento de Alcorcón activó un Plan Permuta para realojar a un centenar de ancianos a cambio de sus antiguas viviendas–, aplican con mayor frecuencia esta práctica. En Galicia, explica Pérez, prevalece todavía "la cultura de la propiedad". Su experiencia le dice además que solo se trueca en casos de herencia o "cuando la operación está apoyada por una aportación monetaria".
En cualquier caso el intercambio sigue siendo la válvula de escape para decenas de ciudadanos que necesitan mudarse de residencia pero ya tienen una en propiedad. "Quiero otra vivienda que se adapte a mis necesidades", explica Marcos Estévez, que intercambia un piso de 144 m2 en Gran Vía por una casa en Coruxo o Navia. Tras comprar su vivienda en 2008, Marcos sintió hace un año la necesidad de cambiar de aires y desde entonces planea irse a las afueras. "No quiero hacer negocio", apostilla antes de lamentar que "si pido un precio de mercado por mi casa es imposible venderla". Natalia Blanco, en una situación similar, trueca dos pisos en la ciudad –en Urzáiz y Jenaro de la Fuente– por una casa en los alrededores. "Estoy cansada de vivir en un piso", anota esta propietaria, quien se reconoce incluso "dispuesta a perder dinero" por "vivir con más tranquilidad". De momento la opción de la permuta tampoco le ha funcionado. Aunque obtuvo varias ofertas para cambiar sus pisos por una casa en pueblos de los alrededores, Natalia las desechó al no resultarle atractivas. "Hace unos años el trueque de casas no se contemplaba siquiera, era algo impensable", apunta.
Faro de Vigo

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